La Pachamama, del aimara y quechua pacha: tierra; mama: madre podemos llamarla nuestra Madre Tierra, es la naturaleza, los elementos naturales, es la vida, y somos vida.
El primero de agosto, en todo el Hemisferio Sur, la Pachamama comienza a abrirse a la fecundación, es momento de devolver con alimentos y bebidas propias de la región en donde se la célebre y ofrende.
"PACHAMAMA es un culto de un pensamiento sencillo, de acción comunitaria, de veneración y admiración, de profundo reconocimiento que tenemos con ella, en intimidad como espíritu comunitario" dice Gerónimo ‘Grillo’ Álvarez Prado.
También existe la creencia que al tenerla olvidada, y por consiguiente no llevar una conducta humana hacia ella y a nuestros semejantes, su enojo se manifestará con la escasez de alimentos y desastres naturales como los que sucumben hoy en día, consecuentes de la contaminación del suelo, y las acciones depredadoras e irreparables que deja el hombre como huella.
Eduardo Galeano dedica en su libro “Los hijos de los días” un espacio para la celebración del Día de la Pachamama en el 1° de agosto:
Madre nuestra que estás en la tierra
En los pueblos de los Andes, la madre tierra, la Pachamama, celebra hoy su fiesta grande.
Bailan y cantan sus hijos, en esta jornada inacabable, y van convidando a la tierra un bocado de cada uno de los manjares de maíz y un sorbito de cada uno de los tragos fuertes que les mojan la alegría.
Y al final, le piden perdón por tanto daño, tierra saqueada, tierra envenenada, y le suplican que no los castigue con terremotos, heladas, sequías, inundaciones y otras furias.
Ésta es la fe más antigua de las Américas.
Así saludan a la madre, en Chiapas, los mayas tojolabales:
Vos nos das frijoles, que bien sabrosos son con chile, con tortilla.
Maíz nos das, y buen café.
Madre querida, cuídanos bien, bien.
Y que jamás se nos ocurra venderte a vos.
Ella no habita el Cielo. Vive en las profundidades del mundo, y allí nos espera: la tierra que nos da de comer es la tierra que nos comerá.
Topo Bohemio
Técnica mixta con biromé (lapicera) negra
Pablo Aleandro
Mar de Cobo, Argentina
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