20160612

PACHAMAMA

A lo largo de la historia, muchas culturas occidentales adoraron deidades femeninas, en el mundo andino y en nuestra América del sur, podemos sentirla, conversar con ella permanentemente, ya que es nuestra madre, que nos provee lo que precisamos y nos protege en su abrazo materno.
La Pachamama, del aimara y quechua pacha: tierra; mama: madre podemos llamarla nuestra Madre Tierra, es la naturaleza, los elementos naturales, es la vida, y somos vida.
El primero de agosto,  en todo el Hemisferio Sur, la Pachamama comienza a abrirse a la fecundación,  es momento de devolver con alimentos y bebidas propias de la región en donde se la célebre y ofrende. 

"PACHAMAMA es un culto de un pensamiento sencillo, de acción comunitaria, de veneración y admiración, de profundo reconocimiento que tenemos con ella, en intimidad como espíritu comunitario" dice Gerónimo ‘Grillo’ Álvarez Prado.
También existe la creencia que al tenerla olvidada, y por consiguiente no llevar una conducta humana hacia ella y a nuestros semejantes, su enojo se manifestará con la escasez de alimentos y desastres naturales como los que sucumben hoy en día, consecuentes de la contaminación del suelo, y las acciones depredadoras e irreparables que deja el hombre como huella.

Eduardo Galeano dedica en su libro “Los hijos de los días” un espacio para la celebración del Día de la Pachamama en el 1° de agosto:

Madre nuestra que estás en la tierra

En los pueblos de los Andes, la madre tierra, la Pachamama, celebra hoy su fiesta grande.
Bailan y cantan sus hijos, en esta jornada inacabable, y van convidando a la tierra un bocado de cada uno de los manjares de maíz y un sorbito de cada uno de los tragos fuertes que les mojan la alegría.
Y al final, le piden perdón por tanto daño, tierra saqueada, tierra envenenada, y le suplican que no los castigue con terremotos, heladas, sequías, inundaciones y otras furias.
Ésta es la fe más antigua de las Américas.
Así saludan a la madre, en Chiapas, los mayas tojolabales:

Vos nos das frijoles, que bien sabrosos son con chile, con tortilla.
Maíz nos das, y buen café.
Madre querida, cuídanos bien, bien.
Y que jamás se nos ocurra venderte a vos.

Ella no habita el Cielo. Vive en las profundidades del mundo, y allí nos espera: la tierra que nos da de comer es la tierra que nos comerá.

Topo Bohemio



Técnica mixta con biromé (lapicera) negra
Pablo Aleandro
Mar de Cobo, Argentina

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