PEDRO BONIFACIO PALACIOS
ALMAFUERTE (1854-1917) :Seudónimo adoptado por el escritor argentino Pedro Bonifacio Palacios. Nació este autor el 13 de mayo de 1854, en San Justo, La Matanza.
Su familia era harto humilde y desprovista de recursos, razón por la cual sólo alcanzó a realizar pocos estudios primarios. Tambien fue deficiente la cultura que logró adquirir más adelante por su solo esfuerzo, ya que su vida azarosa y llena de privaciones no le permitió superar la categoria de un rudimentario autodidacto. Pero su vocación era evidente y fue así como su generosa personalidad le condujo a ejercer la docencia en algunas localidades del interior, como maestro sin título. La actuación que le cupo como periodista en ciertas publicaciones de campaña dieron popularidad a su figura y gracias a ello, después de haber desempeñado el cargo de prosecretario de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, pudo obtener del Congreso una pensión vitalicia, que aseguro una relativa tranquilidad doméstica a los últimos años de su vida. La casa que habito en La Plata hasta su muerte, ocurrida el 28 de febrero de 1917 , fue escenario de sentidos homenajes populares, y constituye hoy un lugar de interesante recordación. No existe,por el momento, edición que comprenda la totalidad de su obra literaria, ya que su copiosa producción aparece diseminada en algunas colecciones populares,mientras es menester recurrir a los periodicos y revistas de aquella época para concer sus discursos y conferencias.
Existen empero algunas recopilaciones de su labor poética: Lamentaciones, publicada en La Plata en 1906; Evangélicas, editada en Buenos Aires en 1915 ,y Poesías aparecida en 1916 con el prólogo de Juan Más y Pí, que había escrito en 1907 una laudatoria biográfica del autor. En 1917 se publicó en Montevideo un tomo titulado Poesías Completas, con prólogo de Alberto Lasplaces. La mejor de éstas recopilaciones es sin duda la que, bajo el título de Poesias Completas, aparecio en "Grandes Escritores Argentinos", dirigida por Alberto Palcos. El primer tomo, que lleva el número XIV de la colección, tiene prologo de Alfredo D. Torcelli y el segundo, número XXI, con prologo de Ernesto Morales. Entre las poesías más famosas de ALMAFUERTE figuran: La sombra de la patria, Jesús, Olímpicos, Milongas clásicas, El misionero, Cristianas, Cantar de los Cantares, Sonetos medicinales, La inmortal, Dios te salve, etc.
Los valores de Almafuerte son tan desiguales que la crítica literaria no ha dejado de discutirlo. En los años en que alcanzó indudable notoriedad se le consideró como inspirado bardo y modelo de maestros y puede decirse que su modo de vivir provocaba tales juicios. La opinión ulterior no le ha sido siempre favorable, pues se le ha reprochado su incapacidad para discernir entre lo noble y lo prosaico y su carencia de fineza artística.
Calixto Oyuela declara que Almafuerte no merece ser incluido en su conocida Antología poética hispanoamercana, pero que porque otros lo elogian se decide a darle cabida en ella.
La nota dominante de la producción de Almafuerte, sea en verso sea en prosa, es la exaltación de las clases humildes de la sociedad, que él llamaba "la chusma de mis amores" y que presentaba siemre como oprimida y despreciada por los poderosos, a la espera de transformarse en una raza futura de superhombres. Este tono profético, sus expresiones airadas contra los ricos y los anatemas que le arrrancaba la visión de las miserias humanas, le valieron cierto prestigio popular. Se le aplaudio como "profeta bíblico" y "apostol laico". Pero sus detractores sostienen que sus sentimientos, lejos de ser cristianos, parten de meras pretensiones retóricas, que sus indignadas imprecaciones son declamaciones vulgares y que la "vida suprema" y "la humanidad de mañana" , prometida por Almafuerte a los humildes, gracias a la educación, no pasa de ser una brumosa utopía romántica, ora entre las modernistas. Son sus características el excesivo realismo, la agresividad impetuosa, la fantasía no siempre espontánea y el constante afán moralizador. A pesar de haber incurrido en defectos de lenguaje, propios de su falta de instrucción, y de haber abundado en neologismos a veces incompresibles, su personalidad tuvo aún bastante vigor como para ejercer cierta influencia sobre el estilo de algunos poetas de los primeros años del siglo XX.
Almafuerte
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